Con un 34% de niños con sobrepeso entre los 8 y los 9 años, finalmente, también las mamás se están concienciando de que nunca es pronto para proporcionar al niño una dieta equilibrada y moderada.
- El objeto de atención de nutricionistas y pediatras es, sobre todo, el destete, un período crucial para el futuro bienestar del bebé. La tendencia a subestimar las necesidades energéticas y nutritivas de los pequeños es aún muy elevada: los padres se angustian si creen que su hijo “come poco” y piensan, erróneamente que, para un crecimiento sano, su dieta debe tener un elevado aporte de proteínas.
- En realidad, los pequeños necesitan menos de lo que los adultos pensamos:
su indudable capacidad para autorregularse debería respetarse, observando sencillamente que su crecimiento se produzca a un ritmo regular.
Por lo que se refiere a las proteínas, para hacerse una idea de las necesidades reales de un niño de 8-9 meses, que pesa en torno a unos ocho kilos, se recomienda una ingesta diaria de unos 11 gramos, cantidad que se alcanza consumiendo a lo largo del día 200 ml de leche materna, 30 gramos de sémola y 30 gramos de pechuga de pollo… Se trata de cantidades verdaderamente pequeñas. Y esto es así porque una ingesta exagerada de proteínas el destete está considerada hoy en día uno de las principales causas que predisponen al niño a ser obeso.
No se trata de pesarlo todo, sino de tener claro que los niños necesitan menos compartir citas para crecer sanos, que el “plato” de puré no es una unidad de medida de la salud alimentaria (para muchos niños incluso medio plato ya es mucho) y que los niños que “comen demasiado poco” son tan raros en realidad, cuanto frecuentes en la mente de papá y mamá.
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